La grippe porcine et le pouvoir monstrueux des grands élevages industriels
L’auteur, Mike Davis a écrit un livre dont le titre est : Le monstre frappe à notre porte
Il y dénonce la globalisation libéraliste qui favorise le développement de maladies nouvelles ou de formes nouvelles de maladies qui s’étendent à l’échelle mondiale avec la complicité de la plupart des groupes industriels mondiaux et des gouvernements.
En marge de ce livre, remarquons l’évolution dans l’appellation de cette nouvelle grippe. D’abord, on l’a appelée « grippe porcine » puis « grippe mexicaine », comme pour dire que ça n’arrive qu’aux autres. Ensuite, il a été décidé de la nommer « grippe A » afin, très officiellement de ne pas stigmatiser les éleveurs de porcs ni les Mexicains. En clair, personne n’est responsable. C’est la faute à pas de chance. De toute façon, nous avons les moyens d’y faire face avec notre Tamiflu. Mangez du porc tranquillement, évitez juste d’aller au Mexique et de fréquenter ceux qui en viennent.
On nous disait un peu ça au début de la deuxième crise de la vache folle. Ça évite de chercher les causes et surtout les responsables. Ils devraient rendre de comptes et comme ils n’auraient sûrement pas envie de porter le chapeau tout seuls, d’autres seraient éclaboussés. Marchons donc pour la « grippe A » en attendant la grippe B.
Rappelons, en passant, que la Bretagne pratique un élevage porcin démesuré, responsable de la pollution de toutes les nappes phréatiques de la région et d'autres pollutions, sans parler des odeurs que subissent tous les Bretons. La moindre maladie qui prendrait là-dedans décimerait tous les élevages à cause de l'intensivité et de la promiscuité.
La gripe porcina y el monstruoso poder de la gran industria pecuaria
The Guardian
Mike Davis, cuyo libro El monstruo llama a nuestra puerta ( trad. María Julia Bertomeu, Ediciones El Viejo Topo, Barcelona, 2006) alertó lúcida y brillantemente del peligro de una gripe aviar pandémica de alcance mundial, explica ahora cómo la gran industria pecuaria globalizada ha sentado las bases para un más que preocupante brote de gripe porcina en México. |
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> La gripe porcina mexicana, una quimera genética probablemente concebida en el cieno fecal de una gorrinera industrial, amenaza subitáneamente con una fiebre al mundo entero. Los brotes en la América
> Robándole protagonismo a nuestro último asesino oficial, el virus H5N1, este virus porcino representa una amenaza de ignota magnitud. Parece menos letal que el SARS [Síndrome Respiratorio Agudo, por sus siglas en inglés] en 2003, pero, como gripe, podría resultar más duradera que el SARS. Dado que las domesticadas gripes estacionales de tipo A matan nada menos que a un millón de personas al año, incluso un modesto incremento de virulencia, especialmente si va combinada con una elevada incidencia, podría producir una carnicería equivalente a una guerra importante.
> Ello es que una de sus primeras víctimas ha sido la consoladora fe, inveteradamente predicada por la Organización Mundial la OMS
> Una legión de escépticos ha criticado ese enfoque de contrainsurgencia viral, señalando que los microbios pueden ahora volar alrededor del mundo –casi literalmente en el caso de la gripe aviar— mucho más rápidamente de lo que la OMS
> La versión de la OMS la América
> Tal vez no sea sorprendente que México carezca tanto de capacidad como de voluntad política para gestionar enfermedades avícolas y ganaderas, pero ocurre que la situación apenas es mejor al norte de la frontera, en donde la vigilancia se deshace en un desdichado mosaico de jurisdicciones estatales y l as grandes empresas pecuarias se enfrentan a las regulaciones sanitarias con el mismo desprecio con que suelen tratar a los trabajadores y a los animales. Análogamente, una década entera de advertencias de los científicos fracasó en punto a garantizar transferencias de sofisticada tecnología viral experimental a los países situados en las rutas pandémicas más probables. México cuenta con expertos sanitarios de reputación mundial, pero tiene que enviar las muestras a un laboratorio de Winnipeg para descifrar el genoma de la cepa. Así se ha perdido toda una semana.
> Pero nadie menos alerta que las autoridades de control de enfermedades en Atlanta. De acuerdo con el Washington Post, el CDC [siglas en inglés del Centro de Control de Enfermedades, radicado en Atlanta; T.] no se percató del brote hasta seis días después de que México hubiera empezado a imponer medidas de urgencia. No hay excusa que valga. Lo paradójico de esta gripe porcina es que, aun si totalmente inesperada, había sido ya pronosticada con gran precisión. Hace seis años, la revista Science consagró un artículo importante a poner en evidencia que, “tras años de estabilidad, el virus de la gripe porcina de la América
> Desde su identificación durante la Gran Depresión
> Los investigadores entrevistados por Science se mostraban preocupados por la posibilidad de que uno de esos híbridos pudiera llegar a convertirse en un virus de gripe humana –se cree que las pandemias de 1957 y de 1968 fueron causadas por una mezcla de genes aviares y humanos fraguada en el interior de organismos porcinos—, y urgían a la creación de un sistema oficial de vigilancia para la gripe porcina: admonición, huelga decirlo, a la que prestó oídos sordos un Washington dispuesto entonces a tirar miles de millones de dólares por el sumidero de las fantasías bioterroristas.
> ¿Qué provocó tal aceleración en la evolución de la gripe porcina? Hace mucho que los virólogos están convencidos de que el sistema de agricultura intensiva de la China
> En 1965, por ejemplo, había en los EEUU 53 millones de cerdos repartidos entre más de un millón de granjas; hoy, 65 millones de cerdos se concentran en 65.000 instalaciones. Eso ha significado pasar de las anticuadas pocilgas a ciclópeos infiernos fecales en los que, entre estiércol y bajo un calor sofocante, prestos a intercambiar agentes patógenos a la velocidad del rayo, se hacinan decenas de millares de animales con más que debilitados sistemas inmunitarios.
> El año pasado, una comisión convocada por el Pew Research Center publicó un informe sobre la “producción animal en granjas industriales”, en donde se destacaba el agudo peligro de que “la continua circulación de virus (…) característica de enormes piaras, rebaños o hatos incremente las oportunidades de aparición de nuevos virus por episodios de mutación o de recombinación que podrían generar virus más eficientes en la transmisión entre humanos”. La comisión alertó también de que el promiscuo uso de antibióticos en las factorías porcinas –más barato que en ambientes humanos— estaba propiciando el auge de infecciones estafílocóquicas resistentes, mientras que los vertidos residuales generaban brotes de e scherichia coli y de pfiesteria (el protozoo que mató a mil millones de peces en los estuarios de Carolina y contagió a docenas de pescadores).
> Cualquier mejora en la ecología de este nuevo agente patógeno tendría que enfrentarse con el monstruoso poder de los grandes conglomerados empresariales avícolas y ganaderos, como Smithfield Farms (porcino y vacuno) y Tyson (pollos). La comisión habló de una obstrucción sistemática de sus investigaciones por parte de las grandes empresas, incluidas unas nada recatadas amenazas de suprimir la financiación de los investigadores que cooperaran con la comisión.
> Se trata de una industria muy globalizada y con influencias políticas. Así como el gigante avícola Charoen Pokphand, radi cado en Bangkok, fue capaz de desbaratar las investigaciones sobre su papel en la propagación de la gripe aviar en el sureste asiático, es lo más probable que la epidemiología forense del brote de gripe porcina se dé de bruces contra la pétrea muralla de la industria del cerdo.
> Eso no quiere decir que no vaya a encontrarse nunca una acusadora pistola humeante: ya corre el rumor en la prensa mexicana de un epicentro de la gripe situado en torno a una gigantesca filial de Smithfield en el estado de Veracruz. Pero lo más importante –sobre todo por la persistente amenaza del virus H5N1— es el bosque, no los árboles: la fracasada estrategia antipandémica de la OMS
> Mike Davis es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO . Traducidos recientemente al castellano: su libro sobre la amenaza de la gripe aviar ( El monstruo llama a nuestra puerta , trad. María Julia Bertomeu, Ediciones El Viejo Topo, Barcelona, 2006), su libro sobre las Ciudades muertas (trad. Dina Khorasane, Marta Malo de Molina, Tatiana de la O Barcelona
> Traducción para www.sinpermiso.info : Marta Domènech y María Julia Bertomeu
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http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2528